Calzada Romana del Besaya
Author: Alberto
A las 9 de la mañana el grupo de guerreros cántabros salía del Barredo para juntarse en la estación con los que ya esperaban y desde allí y «a todo tren» ir al encuentro de los romanos que desde tierras de Castilla se internaban por el curso del Besaya hacia Portius Blendium. No sin esfuerzo y atravesando praderas, sorteando manadas de salvajes caballos, lograron llegar a la Peña Bustio. Punto estratégico, de vistas infinitas, sobrevolado por los buitres que echaron el ojo a algún guerrero retrasado de carnes tiernecitas y sonrosadas. Poco después, pararon a contentar a sus maltrechas tripas, rodeados de «uros» salvajes. Algún osado (o inconsciente) guerrero sacó el rojo y dio unos tientos a aquellos temibles astados (desde lejos). Airosos de la hazaña y campo a través decidieron cortar el camino al invasor en la aldea de Mediaconcha y desde allí acosarle hacia el sur. Llegados victoriosos a Pesquera y después de ver La Picota, se entregaron de nuevo a la pitanza y al asueto, hasta la hora del regreso.
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