POR LOS CAMINOS DEL NANSA
Author: admin
(Por los alumnos de sexto)
¡UN ESPECTÁCULO! ésa es la palabra que puede resumir lo que vivimos en nuestro recorrido por el sendero fluvial del Nansa. Comenzamos nuestro «paseito» de 8Km. en el pueblo de Trascudia (Camijanes); en él, un paisanuco viejo con su gatito recién nacido, sus gallinas y su cerdo vietnamita ¿o era un jabalí? saluda nuestro paso. Más abajo, un perro canelo guarda su casa y al final de la cuesta, una de las muchas Centrales Hidroeléctricas que tiene este río, nos anuncia su presencia. Allí nos recibe, ruidosa, una cascada que nos abre las puertas del sendero. Iniciamos entonces un camino lleno de alisos., olmos, álamos, abedules, arces, algún que otro roble , pequeñas y retorcidas encinas, aromáticos laureles y…¡qué ricas avellanas!… ¡qué ricas castañas!. ; también cogimos muchas hojas para traer al cole, unas bellotas y algún «panojo» (si no sabes lo que es, mira las fotos). El río nos acompaña durante la larga caminata entreteniéndonos con el murmullo de sus aguas. También se oye el piar de los pájaros y el «¡queremos comer! ¡queremos comer!» de los más pequeños. Tras subir y bajar escaleras, pasar pasarelas, bordear precipicios y atravesar ríos del río, llegamos ¡al fin!, a Muñorrodero. ¡Por fin! Y entonces sí, dimos buen fin de los bocadillos. ¡En fin!... queremos decir… ¡que nos comimos hasta los dedos! ¡Gracias mamá; qué ricos estaban! FIN.
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